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Reforma de inmigración e historia del USCIS

El Departamento de Servicios de Ciudadanía e Inmigración de los Estados Unidos (el "USCIS", por sus siglas en inglés) es la agencia gubernamental responsable de gestionar el sistema de inmigración del país.

El USCIS se creó en 2003 como parte del Departamento de Seguridad Nacional (DHS) para gestionar los servicios y beneficios de inmigración para los inmigrantes y refugiados que deseen ingresar a los Estados Unidos. El USCIS supervisa diversas leyes y programas de inmigración, incluida la inmigración por motivos familiares o laborales, programas humanitarios, naturalización y asilo. Al contrario de lo que se cree comúnmente, USCIS se financia principalmente gracias a los cargos que se cobran a los solicitantes de beneficios de inmigración o naturalización, y no al dinero de los contribuyentes.

A lo largo de su existencia, el USCIS fue foco de importantes críticas, como consecuencia de la prolongada duración de los trámites y sus complejas reglamentaciones. A pesar de los diversos intentos por reformar el sistema de inmigración, el USCIS se esforzó por satisfacer las demandas de un mundo en rápido cambio y una población cada vez más diversa.

Uno de los intentos más destacados por reformar el sistema de inmigración estadounidense fue la Ley de Reforma y Control de la Inmigración (IRCA) de 1986. La IRCA era un proyecto de ley bipartidista impulsado por el Congreso tendiente a hacer frente al problema de la inmigración ilegal en el país, proporcionando un camino hacia la residencia permanente y ciudadanía a los inmigrantes indocumentados e imponiendo sanciones a los empleadores que los contrataran. Sin embargo, la IRCA se topó con varios problemas, entre ellos una financiación e implementación inadecuadas.

En los últimos años, el USCIS tuvo que hacer frente a importantes retos debido a los cambios en las políticas de inmigración y al clima político. En 2007, el Congreso presentó un proyecto de ley de reforma integral de la inmigración que intentaba regular cuestiones como la seguridad de las fronteras, la inmigración ilegal y la situación de los inmigrantes indocumentados. Sin embargo, el proyecto de ley no se aprobó, y los esfuerzos posteriores por aprobar la reforma de la inmigración fracasaron.

Repercusiones negativas como consecuencia de la falta de una reforma de la inmigración 

El hecho de que no se haya llevado a cabo una importante reforma de la inmigración tuvo grandes repercusiones negativas en el proceso de inmigración, la economía y la estabilidad de la comunidad de Estados Unidos.

La complejidad de las solicitudes del USCIS hace que se prolonguen los plazos de procesamiento y se produzcan demoras para las personas que desean instalarse adecuadamente en los EE. UU. Esto ha provocado un retraso en el procesamiento de las solicitudes, lo cual aumenta a su vez la frustración y la incertidumbre de los inmigrantes y sus familias. Sumado a ello, también está la frustración de las empresas que recurren a trabajadores inmigrantes para trabajos estacionales.

La anticuada normativa del sistema de inmigración estadounidense complica la llegada de inmigrantes calificados y conlleva una consiguiente fuga de cerebros. Esto tuvo un impacto negativo en la economía del país, ya que muchos inmigrantes calificados optaron por trabajar y vivir en países con políticas de inmigración más hospitalarias.

Esta falta de reforma de la inmigración también ha provocado un aumento de la tensión y la división en las comunidades estadounidenses. La retórica en torno a la inmigración ha sido a menudo hostil y divisiva, lo cual conlleva una falta de cohesión social y un aumento de la polarización. La falta de una reforma de la inmigración contribuyó a la desestabilización de algunas comunidades, en particular las que tienen una elevada población de inmigrantes indocumentados.

Sin un camino hacia la legalización, los inmigrantes indocumentados viven con el temor constante a ser deportados y eso les dificulta el acceso a la sanidad, a la educación a y otros servicios sociales. Esto ha provocado un aumento de la pobreza, la delincuencia y el malestar social.

Aun así, Gallup informa que la proporción de estadounidenses que afirman que la inmigración es buena para el país aumentó del 62 por ciento, en 2001, al 77 por ciento, en 2020. 

Soluciones para la reforma de la inmigración 

A fin de resolver estos problemas, a lo largo de las décadas se propusieron diversas soluciones en el Congreso en materia de reforma de la inmigración. Una posible solución es aumentar la financiación y el personal del USCIS para que mejore la eficacia y se reduzcan los plazos de procesamiento. Esto ayudaría a eliminar demoras en el procesamiento de solicitudes y reduciría la frustración y la incertidumbre de solicitantes y empresas.

Otra solución es reformar las normas del sistema de inmigración estadounidense para facilitar la llegada al país de inmigrantes y trabajadores calificados. Esto ayudaría a atraer y retener a personas con talento y beneficiaría a la economía estadounidense a largo plazo.

Los dirigentes electos a nivel federal propusieron en repetidas ocasiones un proyecto de ley de reforma integral de la inmigración que solucionara el problema de la inmigración ilegal en el país y ofreciera, al mismo tiempo, un camino hacia la ciudadanía a los inmigrantes indocumentados. Este proyecto de ley también atendería las necesidades de los refugiados y solicitantes de asilo y al mismo tiempo fomentaría la cohesión social y reduciría la polarización. Muchos inmigrantes indocumentados llevan años, incluso décadas, viviendo y trabajando en Estados Unidos. Ofrecer un camino hacia la ciudadanía a estas personas no solo sería justo, sino que también podría resultar beneficioso para la economía estadounidense. Según un informe del Centro para el Progreso Estadounidense, ofrecer un camino hacia la ciudadanía a los inmigrantes indocumentados supondría un aporte de $1.4 billones a la economía estadounidense durante la próxima década.

También es importante combatir las causas profundas de la inmigración para colaborar con otros países e implementar procesos de inmigración más eficientes. Muchas personas abandonan sus países de origen porque son víctimas de la pobreza extrema, la violencia o la persecución. Tratar estos grandes problemas podría reducir el número de personas que sienten que no tienen más remedio que abandonar los países donde nacieron y venir a los EE. UU.

Políticas de inmigración en otros países 

¿Qué ocurrirá si Estados Unidos no mejora el USCIS y su sistema de inmigración? Los inmigrantes se irán a otra parte. En todo el mundo, las naciones líderes están poniendo en marcha sistemas más sencillos para recibir a los inmigrantes y atender sus propias necesidades económicas.

Canadá: Canadá tiene un sistema de inmigración por puntos, que tiene en cuenta factores como edad, educación, experiencia laboral y conocimientos de idiomas. El sistema está diseñado para atraer a inmigrantes con posibilidades de triunfar en Canadá y contribuir a la economía. Según un informe del Instituto de Políticas Migratorias, el sistema de inmigración de Canadá es uno de los más eficaces del mundo. El número de inmigrantes que llegaron a Canadá alcanzó la cifra récord de 437,180 solo en 2022.

Australia: Australia tiene un sistema por puntos similar al de Canadá, diseñado para atraer a inmigrantes que puedan aportar algo a la economía. Australia también cuenta con un programa que permite a las empresas patrocinar a inmigrantes que posean competencias en demanda. Australia se encamina hacia una migración neta de más de 300,000 personas en 2023, más de un 25% por encima de las previsiones del Ministerio de Hacienda.

Alemania: Alemania viene recibiendo un gran número de refugiados en los últimos años. Tan solo en 2015, el país recibió a más de un millón de refugiados. Aunque surgieron algunos problemas relacionados con esta afluencia de refugiados, Alemania implementó políticas para ayudar a los refugiados a integrarse en la sociedad alemana, entre ellas clases de idiomas y programas de formación laboral. En 2022, vivían en Alemania 1. I millones de personas más que el año anterior, según informó el jueves la oficina federal de estadísticas. Los inmigrantes compensaron sobradamente la baja tasa de natalidad y el envejecimiento de la población.

Suecia: Suecia tiene antecedentes de recibir a refugiados e inmigrantes y puso en marcha políticas para ayudar a los inmigrantes a integrarse en la sociedad sueca. Por ejemplo, el gobierno sueco ofrece clases gratuitas de sueco a los inmigrantes y el país cuenta con programas para ayudarlos a encontrar trabajo. Suecia es el país de Europa con mayor inmigración en busca de asilo por millón de habitantes.

La inmigración es un tema complejo  

La reforma de la inmigración es un tema complejo que requiere una solución integral. Ofrecer un camino hacia la ciudadanía a los inmigrantes indocumentados, reformar el sistema de visas y resolver las causas profundas de la inmigración son todas soluciones potenciales. Otros países han implementado acertadas políticas de inmigración que podrían servir de modelo a Estados Unidos. Si trabajamos juntos para encontrar una solución, podremos construir una sociedad más acogedora e inclusiva para todos los potenciales estadounidenses que siga favoreciendo la economía y la sociedad de nuestro país.

 

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